jueves, 4 de febrero de 2010

de irse a la cama

ya es la hora de dejarlo todo y levantarse (estoy en mi pepe botella malagueño) y meterse en la cama o tumbarse en el sofá, una de dos. mañana madrugaremos, qué remedio, como tantos desgraciados. tengo cosas pendientes que decir, que escribir, a mi amigo Arturo (por cierto, espero que te guste, lo entenderás en breve), a mi amigo Antonio, a mis enemigos. 
y para no dejar esto tan seco, corto y pego un extracto de mi próximo poema:
El día que me compre un coche blanco seré feliz, me purificaré, seré transparente y noble como un cachorro de león y saldré a pasear y a hacer caquita olisqueando culos y farolas saludaré con un rugido a mis hermanos y levantaré la cola porque el día que me compre un coche blanco seré feliz. seré transparente y noble como un cachorro de león que no tiene futuro, que vive en la sabana y caza antílopes, ñus, juega a ser el rey mientras orina o bebe agua en pequeños charcos.

3 comentarios:

Odal Orto dijo...

Ni blanco, gris o negro.
Un coche, coño,
es de colores.

Y recuerda que te debo una cena.

boludita dijo...

Me fascina esa fijación tuya por los coches.
Blanco, sí, blanco siempre. Transparente.

Anónimo dijo...

Manolo yo tengo un ford blanco, es viejo y peligroso. Si lo quieres es tuyo.
Además siempre que te subes en él conmigo tu cara se vuelve balnca como el coche. Hace juego

Con mi ford podrás cazar ciervos como en la película Soy leyenda.

Arturo