sábado, 4 de abril de 2009

una mahou

5. No tengo tiempo, ¿tú tienes tiempo? Tengo hambre y sed, lo arreglo con un sándwich de chorizo y una mahou de 25 cl. No tengo tiempo porque son las 23:23 h acabo de llegar a casa después de casi 12 horas trabajando y aun no he escrito nada para el blog, por eso me siento en el sofá después de quitarme el abrigo, lavarme las manos, mear, lavarme las manos, abrir el frigorífico, prepararme la cena (un sandwich de chorizo y una mahou) encender el portátil, la tele, el equipo de música, me siento en el sofá y veo lo que echan en la tele, la sexta, la uno, la dos, canal cuatro, canal nou (¿nou? canal nueve joder). Tecleo esto que tecleo ahora, la letra la palabra la frase y construyo el post sin darme cuenta. No pienso. Venía leyendo la revista Qué leer en el tranvía, han abierto una nueva librería en Barcelona, la librería Bertrand, de 1400 metros cuadrados. Bueno, mi librería tiene 500 metros cuadrados (comerciales) así que bien pensado tampoco parece tan grande la librería catalana de Bertrand. Son las 23:31, no escribo muy rápido, la tele me distrae, gracias a dios, la tele, es necesaria, útil, imprescindible, es un amigo, una novia, un motivo para masturbarme a las 2 de la madrugada, la tele me enseña, me educa, me dice lo que tengo que hacer, me ilumina la cama mientras duermo, la habitación a oscuras. Gracias a la tele no soy demasiado adicto a las pastillas. Decía que estaba leyendo la revista Qué leer en el tranvía y que han abierto una librería grande en Barcelona. A mí me gusta La Central, sobre todo la que tienen en el Reina Sofía en Madrid, más que nada porque es la única librería de La Central que conozco. Siempre tienen uno o dos libros que quiero comprar irremediablemente, Automoribundia de Ramón Gómez de la Serna, por ejemplo, lo vi y lo compré, luego sólo fui capaz de leer 20 ó 30 páginas, Ramón Gómez de la Serna, cuando habla de sí mismo, es demasiado correcto, demasiado estirado, mide lo que dice, no hace greguería, es un mierda, el Ramón que me gusta es el que habla de Oliverio, el que habla de Wilde, el Ramón que retrata Paco Umbral en ese libro de Austral. Paco Umbral es otro que, otro que, otroqué, hace años leía todo lo que existía de Umbral, Umbral es el escritor del que más libros he leído nunca y creo que jamás leeré tantos libros de un mismo ser humano. Habré leído unos 15 ó 20 libros de Umbral. Creo que el siguiente es Don DeLillo, del que habré leído 6 ó 7, no sé, y alguno he dejado a la mitad. Pero si tuviera que decir ahora mismo un libro, sólo un libro, diría un libro inagotable, una auténtica historia interminable, un libro mágico como un mandala, lo que se escribe y se lee de cualquier manera, da igual, lo coges, lo abres y lo flipas, sea el año que sea, estés con quien estés, lo abres y lees en voz alta, entonces todo sucede por primera vez, como decía Aníbal Núñez, y no cito de memoria porque no me acuerdo, el tiempo sin memoria. El libro es Rayuela, de Cortázar, claro. Y Umbral ya no me gusta, tanto adjetivar sustantivos no puede ser bueno. No. Hasta mañana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

3
- Vos no podrías -dijo-. Vos pensás demasiado antes de hacer nada.
- Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.
- Partís del principio -dijo la Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás. Vos estás mirando la pieza, no estás en la pieza.

Anónimo dijo...

He terminado mis historias de amor como otra tantas... sin haberlas siquiera llegado a comenzar :)

Geoffrey William Kander. dijo...

Tú si que eres un hombre, te lavas las manos antes de mear como Torrente.