sábado, 6 de septiembre de 2008

LA TIENDA DE LA VUELTA DE LA ESQUINA, O ALGO ASÍ

Tienes un e-mail. La película. Tom Hanks y Meg Ryan. El gran almacén de libros, la gran superficie, la mega tienda fría y sin escrúpulos frente a la pequeña librería de barrio con gente que te saluda por tu nombre y te sonríe de manera gratuita. Un pastel de película previsible que me encanta. El mundo de las librerías es mi mundo. El mundo de los e-mails, de los post, el mundo de escribir al más allá gracias a mi conexión wifi. FOX. Efe-o-equis. Librerías FOX frente al pequeño comercio con mostrador de madera y peluches y flores en un jarrón hortera. Un barrio de Nueva York. No tengo ni idea de dónde está situada la tienda de la vuelta de la esquina, pero es un barrio que me encanta ¿no os encanta Nueva York en otoño? Meg Ryan escribe en su portátil correos a un tal NY152, se sienta en su escritorio en cuanto se despierta por las mañanas y aunque ya es de día enciende una pequeña lamparita que tiene sobre la mesa. Ese detalle me encanta. Encender una pequeña fuente de energía junto a tu ordenador, algo que da luz y calor, porque sí, aunque los rayos de sol entren por la ventana, porque necesitamos esos gestos que no sirven de mucho. Meg escribe en un portátil negro de la edad de piedra y justo en una escena lo veo, un primer plano en que se aprecia una minúscula manzanita de colores en la tapa del ordenador. Y me digo, joder, otra que tiene un Mac. Carrie Bradshaw, la de Sexo en Nueva York también lo tiene. Se ve que es lo más cool salir en la tele escribiendo en un portátil Macintosh. La pareja de Meg, en la película, es un periodista que está enamorado de su máquina de escribir, como Paul Auster, como Francisco Umbral y Don DeLillo. También está enamorado de sí mismo y de lo que escribe. Como Francisco Umbral, que en paz descanse. Me cae mal, claro, me refiero a la pareja de Meg, es alguien que tiene que caerte mal para que cuando se separe de ella no te importe en absoluto. Un guión muy inteligente y elaborado, sí señor. Lo mismo ocurre con la pareja de Tom Hanks, es una gilipollas que te cagas, así que cuando al final Tom Hanks y Meg Ryan se besan y se quieren y viven felices para siempre te alegras porque sus anteriores parejas eran imbéciles. Lo dicho, es un guión muy inteligente. Pero qué vamos a hacerle, a mí la película me gusta. Me gusta ver de vez en cuando algo sin pretensiones, una historia de amor normal y corriente, yo soy el malo, yo soy el bueno, todo se complica hasta que al final las cosas salen como sólo Dios con todo su poder desde los cielos es capaz de hacer que salgan, es decir, bien, geniales, la vida es bella y mi ordenador portátil es la hostia. Las grandes superficies son la ruina del pequeño comercio. La tiendecita de Meg cierra, caput, te jodes, la gente compra libros baratos estemos o no en crisis, la gente busca lo que busca y se la trae al pairo si en la tiendecita de al lado la dependienta es simpática y te saluda por tu nombre cuando entras a comprar un libro de Laura Gallego. Claro, que en la época en que se rodó la película Laura Gallego estaría ensuciando pañales (tal vez exagero, pero me da igual), eso sí, ya se notaba por el olor de sus excrementos lo que sería capaz de escribir, grandes trilogías, pentalogías, libros de novedad que hay que colocar en los espacios destacados para que se vendan bien. Por suerte, a una película no le exijo tanto como a un libro. Por eso me gusta tienes un e-mail. Porque sale gente que se ama y que es feliz y porque todo lo importante se puede escribir en un Mac con el pijama puesto y con una lamparita al lado que apenas ilumina. 

Actualización:
Vamos, todo este rollo para decir que uno quiere creer que el amor existe, coño, y la mierda películas como tienes un e-mail (que no hay dios que se las crea), me gustan, porque me gusta creer que hay opciones que me puede pasar algo, que la vida no es sólo sexo, follar, hacerse pajas, ver porno, que lo bonito es ir al cine, quedar para cenar y despedirse con un beso apoyado en el quicio de la puerta y buenas noches que descanses llámame pronto nos vemos tenemos una cita pendiente. Esas cosas. Y sí, lo reconozco, soy un poco bragas.

9 comentarios:

magui dijo...

Hola "bragas" (todos tenemos nuestros momentitos).

Una pekeña dosis de irrealidad es, en ocasiones, necesaria para seguir creyendo en la realidad. Para seguir esperando esa mirada que, de repente, se cruce con tus ojeras, un lunes, cualquier martes.

Y ahora apago mi pekeña lamparita de luz artificial, me voy a dormir.

PD: Esta vez te he adelantado, j.! He sido la primer! ;P

Anónimo dijo...

No es tan dificil como crees. Apuesta por aquello que creas que es de verdad. No huyas, cobarde!! Mucha suerte en tu nueva etapa.

Anónimo dijo...

Jaja, a mi también me gustó esa peli, y hasta French Kiss, que es lo mismo pero en Francia y con mucho vino y queso.

El amor existe en el mismo sitio que existe el monstruo del Lago Ness, no sé si se me entiende.

Y me están gustando estos textos

Anónimo dijo...

Hombre, parece que por fin alguien madura...

Danilo T. Brown dijo...

Magui, no puede ser, has adelantado a J. !!! yo no tengo ojeras :-(
Gracias Ana, la necesitaré. Hay cosas que creo son de verdad, o podrían serlo, pero se quedan en Madrid.
Gracias Emilio, ciertamente el mounstruo sólo existe en nuestra mente, en el imaginario colectivo, como el amor, pero siempre nos mola ver pelis de fantasía. Estos textos están escritos un poco a la me cago en diez, a lo que sale, sin pensar demasiado, salen frescos, eso sí, pero no sé si se pudrirán demasiado pronto.

Anónimo, madurar, madurar... sí, creo que un poco, la vida te obliga a ello.

Anónimo dijo...

Hace una semanas, vi esa pela, creo que en HBO. Me distraje, sonreía cuando la miraba por ratos. Pensé en los happy ends en la vida "real". En cómo si quieres puedes ser alguien que se ríe de sí mismo, cuando la marea está alta y parece que te va a llevar. Te descomplicas la vida o lo intentas. Así que veía a Meg recordando a su madre que fue quien le dio la librería y cómo contemplaba por última vez ese lugar que había sido su espacio, en su última noche, después del cierre definitivo.
Después ella tendría tiempo para sí sola pero en ese instante no lo sabía y estaba triste.

Creo que el tema de la librería, de los contrastes entre las pequeñas y las grandes como parte de esa story of love, le da al film un encanto. Porque tiene que ver con el dinero, el poder y cómo un tipo a través de su enamoramiento reconsidera lo que es, que no es el malo de la película, ni un canalla, pero se cuestiona y más allá del remordimiento, actúa.

Lo que me suscitaba un deja vú era ver que pese a la lucha de Meg, a las movidas, protestas, el caso del novio en la tevé que antes que apoyar a Meg, quería lucirse y de paso coqueteaba con la conductora del programa, que todo eso fuera arrasado por el impacto de la megalibrería.
Así que allí le encontré el punto que contrariaba el total happy end.

DTB, imagino que en estos roadsides tuyos, de pronto nos contarás que estás contento, que te enamoraste, que sé yo :)

Los blogs personales como éste nos involucran, eh. Y aquí está uno, recordando una pela, que como tú, también vio. O sino a quien no la ha visto, le provocará verla, porque DTB escribió en el blog de su ojo derecho, sobre el film.

Empatía, le llaman.

J. dijo...

esto ha sido una conspiración para que no fuera el primero :-P

llámame ñoño a mi también, pero esa peli me encanta ^^

es una de las pocas comedias pastelonas que consigo volver a ver, y que me deja..jodido pero contento (como la canción de Concha Buika).

A mi me gusta también los golpes de humor, del tipo ironía de la vida,que tiene.. aunque toda la película sea un gran chiste que nos cuentan.

Un cuento de hadas del siglo XXI,pero no tan imposible.

abrazos

Anónimo dijo...

Tampoco eres tan bragas..pero por fin te has dado cuenta de que ciertas cosas no son contagiosas ni peligrosas y que merecen la pena.
Creo que a todos nos gusta esa peli y nos hace creer que, a pesar de todo, cierto sentimiento universal puede triunfar ( aunque ultimamente se prodigue poco!!)
Animo en tu nueva aventura ..el mediterraneo te llama...tu vida va a cambiarrr
Besos
Clara

Anónimo dijo...

Pero el espacio no deja de ser el lugar donde se desarrolla la escena, y la escena la componen los personajes; así que son los prsonajes quienes, al fin, definen el espacio. Por ejemplo, yo, el otro día, acabé casi curda en un bar donde un tipo no dejaba de contarle a todo el mundo que se iba a Alicante, ya ves tú; pero también había dos camareras sorprendentes (por algo más que lo que pensáis) y unos mojitos muy, pero que muy buenos. Conclusión: en Parla hay un tachón menos y un recuerdo más. Conclusión: Parla es un poquito mejor. Conclusión: el tipo ese nunca olvidará Parla, que se joda.