sábado, 15 de agosto de 2009

viajar es muy difícil

“Imagínense que son escritores y viven en una ciudad en guerra, Varsovia, Sarajevo… ¿qué harían? ¿cuál sería su comportamiento? ¿Seguirían escribiendo como si tal cosa?” Jamás pensé que leería a Nuria Amat, quién cojones es esta tía, pero lo que nos pasa a los libreros, ¿yo soy librero? Lo que nos sucede, ocurre, acontece a los que trabajamos vendiendo libros, colocándolos por orden alfabético, por materias, tamaños, colores, por editorial, lo que nos sorprende a veces, un título, la foto de la portada, algo, y yo encuentro, resulta que un día, en la sección de estudios literarios un libro titulado VIAJAR ES MUY DIFÍCIL, me gusta el título, ja, yo no viajo mucho, tengo mis razones, es difícil, claro, así que me compro el libro. Esto ocurriría en abril, o mayo de este año. Hoy, esta tarde, tirado en la cama, aburrido, no sabía muy bien qué leer, me he asomado a la estantería del salón, he cogido a Cortázar, a Kerouac y el libro Viajar es muy difícil, de Nuria Amat, editado por Bruguera. Pues nada, al final he pasado de Kerouac y Cortázar y he empezado como quien no quiere la cosa el libro de Nuria, lo he leído sin querer, quiero decir que cuando me he dado cuenta, a la 1 de la madrugada, ya lo había terminado. Entre tanto, además, he visto el partido de la selección española de baloncesto, casi pierdo en otro partido de baloncesto contra mi sobrino en la play3, he escrito en la tensó morbosa, he escrito un poema o más bien lo he terminado de escribir puesto que lo empecé ayer, y más cosas que podríamos sintetizar con un etc. Pero a lo que voy, que Viajar es muy difícil de Nuria Amat es un libro de escritores, para escritores, es un libro para el sr. Kander, también para el Literato Morboso, en especial las 200 primeras páginas, las 30 siguientes puede que también, pero algo menos. Amat escribe sobre ciudades literarias, sobre tranvías, escribe sobre Kavafis, Joyce, Svevo, Navokov, Ana Frank, Pessoa, Paul Bowles, Borges, Gombrowicz, nos habla de Praga, de Trieste, de Alejandría, “yo creo que no tengo vida personal o vida interior. Siempre he dicho que no soy una persona, no tengo opiniones ni reacciones. Vivo y veo. Soy una máquina”. Habla de los amigos literarios, todos los escritores necesitan amigos escritores y necesitan permanecer inmóviles como un muerto para escribir y sótanos oscuros o cafés, necesitan ser funcionarios, algunos, no casarse, no follar, escribir es una guerra contra el mundo. Mañana tendré sueño, pero qué contento me voy a la cama. Bebo agua. Escucho a Ben Harper. Miro mis pies descalzos y el dibujo de mi camiseta verde. Mi madre entra en mi dormitorio a coger no sé qué cosa, dice algo, separo el auricular de mi oído derecho, ¿qué? qué si todavía estás despierto. Evidentemente sí, mamá. Sé que lo que escribo no vale una puta mierda, pero cómo dejar de escribir, ya lo dijo Kafka, un escritor que no escribe es un monstruo.

No hay comentarios: