miércoles, 15 de abril de 2009

tren Alvia coche 8 asiento 1D

14. Ya estoy en Madrid, bueno, en Parla. Doy gracias a Dios por la red wifi del vecino y los croasanes con chocolate a punto de caducar de la despensa. Ya que ee cumings ha dejado un comentario en el post anterior, me dignaré a escribir antes de acostarme. Gracias ee cumings por joder mis horas de sueño de este modo. Sólo hay algo peor que tener cero comentarios, tener un comentario de ee cumings. He venido a Madrid para que me den un curso, y ya aprovecho y me llevo algunos libros a Alicante para documentar mis charlas de poesía (Junio, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre en distintos centros de la ciudad). El viaje en tren ha sido uno de los peores de mi vida. Me ha vuelto a tocar en un asiento de esos en los que tienes a los de enfrente mirando hacia ti, tocándote las rodillas, pisando sin querer, con las piernas encogidas para no molestar… y encima se me sienta al lado un tiparraco que no paraba de moverse y de toquetear la conexión de sus auriculares, cada vez que me rozaba el brazo o la cadera me daban ganas de girarme y gritarle a dos centímetros de su cara que se estuviera quitecito de una puta vez joder que parece un crío de 4 años coño tanto mover las piernas, los brazos, agitar el cuerpo, arremeterse la camiseta, contestar al teléfono, ajustar el volumen de los auriculares o lo que sea que hiciera con la mano metida entre su asiento y el mío que es donde está la clavija de los auriculares con sus botoncitos y como está algo escondida cada vez que toqueteaba algo me ponía su coronilla a veinte centímetros de la cara y yo me alejaba y me alejaba y miraba hacia otro lado pero no podía pegarme más a la ventanilla, juro que nunca he viajado tan cerca de mi ventanilla. Durante el trayecto me he acordado mucho de Michael Douglas en Un día de furia. No he podido escribir nada en el tren, y yo quería escribir, pero en ese asiento y con ese energúmeno, con ese gilipollas hiperactivo a mi izquierda era incapaz de coger el ordenador salvo que fuera para estampárselo contra su mandíbula de hijo de la gran puta con chaqueta de pana marrón. Todo lo que he hecho ha sido tomarme un menú Gran vía (aceitunas, coca cola light y bocadillo de tortilla) leer Mi filosofía de la A a la B de AW y tomar algunas notas sueltas en mi moleskine con boli azul. No sé que piso está más desordenado, si el de Madrid o el de Alicante, ambos dan asco, aunque en este parece que escribo mejor, más cómodo, quiero decir. Aquí llevo escribiendo muchos años, estudiando, follando también, y todo eso ayuda a concentrarte, en Alicante sin embargo, es como estar de vacaciones, no puedes escribir, no te lo tomas en serio, piensas, hay tiempo, mañana, a ver esa cervecita, me voy un rato a la playa, y al final no haces nada. Nada. Todo lo que llego a hacer es escribir esto, aquí, algo para que lo lea noséquiéncojones y yo sienta que al menos escribo algo a diario, aunque sea este diario eterno, esta insignificancia. Escribo esto sentado en la cama. Acabo de percatarme de que me huelen los pies. Buenas noches.

7 comentarios:

peter dijo...

el comentario para mañana

Odal Orto dijo...

¡Gástate los cuartos y viaja en primera!
Claro que, entonces tendrías una cosa menos de la que escribir, a no ser que en primera sufrieses otras cosas también motivadoras... No sé, es un lío esto de escribir. Mejor sigue así, o no, o yo qué sé.

Kerala dijo...

Danilo, hay días en los que vengo a leerte y esto parece una reunión de hombres, pero bueno, también he notado que te escribe más de una que te lavaría los pies, pero eres tan malo, tan soez, tan encantador en tu desfallatez que me sigo riendo, mientras espero se te pasen las furias cotidianas. Un abrazo, también me digo cotidianamente que esto de los blogs es una insignificancia y en mi caso, tengo dos proyectos nuevos en la cabeza pero mientras sí tengo que agarrar el trapeador y embrutecerme mientras mis dos bebitas crecen, busco a quienes como tú pueden cagarse en el churre y seguir escribiendo. ¡Hombres al fin!

Anónimo dijo...

Kerala, gracias, yo seguiré cagándome en el churre hasta que me muera, es mi forma de ver las cosas. Se me va un poco la cabeza, o un mucho.

Odal, a ver, viajar en primera debe ser aburridísimo. Mañana, viajo de nuevo hacia Alicante, ya veremos si ocurre algo digno de mención, aunque en realidad cualquier cosa es digna de mención, lo que ocurre es que hay que saber cómo mencionarlo, y lo que es más importante, tener ganas.

Peter, gracias por la dosis para el siguiente post.

Danilo

Anónimo dijo...

Por cierto Peter, vaya pedazo de fotos!!

Danilo

Anónimo dijo...

Hay unas pastillitas estupendas para lo tuyo.

Rain dijo...

Cierto: las playas son imanes. Y es posible hallar historia en las playas, paisajes tan físicos. Gente. Y quién sabe, muchachas inspiradoras para el ojo izquierdo :)