-¿Tienen este libro?
-No
-(...)
-(...)
-¿Me lo puede pedir?
-No
-(...)
-(...)
-¿No?
-No
-(...)
-(...)
-¿Por qué?
-Porque no
-(...)
-(...)
-Bu...bueno, pu...pues vale, adios
-Adios
Y así era, miraba fijamente a los ojos del pobre desgraciado que buscaba un libro, nunca apartaba la vista, miraba con ansia, sin piedad, con los dientes apretados y algún cliente, estoy seguro que, alguna vez, llegaría a sentir pánico. JM era mejor persona, jaja, le gustaban las chicas con la cara como una medallita, nos pasábamos las tardes haciendo rankings de clientas, teníamos un folio con una clasificación exhaustiva y según atendíamos marcábamos una X donde correspondía. Evidentemente esa clasificación jamás verá la luz. He de decir a mi favor, que hubo un tiempo en aquel lugar, en el que, según nuestro jefe, yo era el que mejor atendía de largo, sí, sí, pero con una matización, sólo me explayaba con las clientas, a los clientes les despachaba con un no me queda, está agotado, o váyase a darle el coñazo a paquetito Miguel. Éramos los mejores. Lo que hemos visto durante tantos años no tiene nombre. Pero, lo que le he visto hacer a JM, no ha sido superado por nadie, recuerdo ese día, fui corriendo a arrodillarme a sus piés. No puedo contar qué hizo exactamente (nada malo), estaba atendiendo a una mujer despampanante y solto la frase mágica, el golpe de efecto, el chilenón, yo no daba crédito, ¿será cabrón? en fin, desde aquel día JM es mi héroe indiscutible. Los que no saben de qué va el tema, seguramente se esté aburriendo, sí, probablemente, pido disculpas, pero es que mañana vienen A y JM y esto es para ellos. No tengo fotos de JM, qué putada, sino la pondría. La de A no la pongo por si me corre a hostias o se me queda mirando de esa manera que acojona a las visitas. Sí, mejor no. Pues nada, creo que me voy a ir yendo, estoy escribiendo esto para hacer tiempo, pienso en los amigos que están lejos, cabrones, hijos de puta, a ver si vení a verme, desgraciados, que siempre voy yo, me cago en vuestras madres. Y a ver si compráis mi puto libro, joder. El editor me había dicho que hoy me iba a llamar, pues nada, aquí estamos esperando mi culo en la silla y yo, pero nada, parece ser que íbamos a hablar de la próxima presentación del 18 de junio, en Gran Vía, pero eso, que nada. Mudras, mantras y mandalas. Hoy, de camino al trabajo, se me ha ocurrido algo para el poema que no estoy escribiendo, pero que debería, es una gilipollez, son unos versos de mierda, pero hay que intentarlo, lo mismo hasta quedan bien. Es el poema de la camarera, la camarera argentina del café Marcel Cerdan de Alicante. Bueno señores, espero volver pronto por aquí. Ya es tarde.
2 comentarios:
Golazo con cincuentaaaaaaaa!!!!!Vaya monster de tío el JM....
Besos, monstruacazos :))
Joder, cuanto me he reído leyendo esto. Ahora que tengo vacaciones estoy haciendo todo lo que no he podido hacer. Gracias moster, por acordarte de los buenos tiempos que pasamos juntos. La verdad es que son de los mejores de mi vida. Yo también me reí como nunca y encontré un grupo que ya seran amigos para siempre. "Amigos For Ever", mítica frase enunciada en plena borrachera. Te quiero
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