martes, 31 de marzo de 2009

pretérito perfecto compuesto

Hace mucho que no escribo aquí. Tengo tres opciones, o escribo más a menudo para que este blog tenga algún sentido, o lo dejo a la buena de dios y escribo muy de vez en cuando, lo cual es triste, o lo abandono definitivamente y lo destruyo. Voy a intentar hacer o primero. De hecho voy a intentar escribir todos los días. Todos. Salvo aquellos en los que no pueda publicar porque no disponga de internet. Garantizo que nada de lo que aquí se escriba será interesante, salvo que alguien pueda considerar interesante la vida de alguien como yo. ¿Como yo? ¿Cómo soy yo? A mí me parece interesante leer los diarios de algunos artistas, pero me resultan sugestivos (he buscado un sinónimo de interesante, que ya cansaba) precisamente porque estos artistas demostraron ser capaces de crear algo con valor, y ahora están muertos. Yo no he creado nada con valor, bueno, salvo el libro que está a punto de publicarse, que lo he creado yo casi todo, bueno, el papel, la tinta, el cartón y todo eso, no, pero lo que dicen las letras es mío, y digo, escribo, que tiene valor porque me van a pagar el dinero del premio, así que tiene algún valor, por lo menos, económico, ¿y qué otro valor iba a tener sino económico? ¿sentimental? El valor sentimental no cuenta en literatura. La literatura se escribe por dinero o no se escribe. Bueno, también se escribe para ligar en las bibliotecas de Parla, que yo cuando era estudiante (todavía lo soy un poco) con algún soneto me eché alguna que otra novia, aunque también puede ayudar que mido uno noventa, soy delgado, moreno y tengo una sonrisa que dice mucho. Y mi voz. Podría ser locutor de radio, si quisiera, y si alguien me diera la oportunidad. Claro. Hoy esto va de echarme flores. Pues así todos los días a partir de hoy. Esto lo haré a cambio de un comentario (como mínimo) vuestro. Yo me esforzaré en escribir todos los días, aunque sea una frase, pero alguno de vosotros, quien sea, debe dejarme un comentario, si no hay comentarios, no habrá continuación. Si quisiera escribir, sería tan sencillo como comentarme a mi mismo de forma anónima, pero no voy a hacerlo. Me he propuesto esta tarea como obligación, como trabajo de escritor, de dejar constancia, de poner mi vida por escrito, no lo hago por placer. Yo no escribo por placer, al menos, no por placer inmediato. Mientras escribo, sólo sufro, no disfruto en absoluto, escribir es difícil, no vale cualquier cosa, a mí no me vale cualquier cosa, el único placer que conozco es el de terminar un poema, saber que ya está terminado (que no siempre es sencillo saberlo) y leerlo y decir, sí, me gusta. Es entonces cuando siento el placer de haber escrito lo que he escrito. La literatura sólo es placentera en pretérito perfecto compuesto.